La obesidad es una enfermedad multifactorial. Si bien es cierto que puede explicarse por un balance energético positivo, es decir aumento en la ingesta, sobrealimentación o mala alimentación y baja actividad física, que conduce a un almacenamiento en forma de tejido adiposo, hay diferencias individuales en el almacenamiento de esas calorías y el procesamiento de la energía, que predisponen a un individuo a sufrir de esta enfermedad, sumado a que existen muchos otros factores que agravan la problemática e incluso determinan su magnitud, como lo son las condiciones socioeconómicas, el historial médico, incluyendo antecedentes patológicos y farmacológicos, el sexo, la edad, la raza, el país de vivienda, el nivel educativo, entre muchos otros.

La genética, es un factor que indiscutiblemente tiene el poder de establecer la enfermedad, sin embargo los hábitos de vida son los que determinan si esta se manifiesta o no y en qué grado de severidad.Algunos estudios reportan que el impacto causal de la genética en la obesidades de aproximadamente un 30-40%, mientras que los factores ambientales tienen un peso del 60-70% de la explicación en la aparición y desarrollo de la obesidad.La complejidad de estas afirmaciones, son las que obligan a que esta enfermedad sea vista desde una perspectiva mucho más completa, teniendo en cuenta los factores biológicos pero también el contexto personal, social y cultural que rodea a un individuo.

Para mencionar algunos de los más importantes, la edad y el sexo son dos condiciones que no se pueden pasar por alto. A medida que se envejece se reduce la capacidad funcional, lo que conduce a más quietud y un estilo de vida sedentario generando un menor gasto energético. Además en las mujeres, los diferentes momentos de la vida que están marcados por cambios hormonales, las hacen más propensas a acumular tejido graso como el embarazo o la menopausia, e incluso enfermedades relacionadas con su aparato reproductor como el síndrome de ovario poliquístico que dentro de su espectro de síntomas incluye el aumento de peso.

Otros factores relacionados de igual relevancia se encuentra el país de vivienda que determina la disponibilidad de cierto grupo de alimentos, la cultura y su relación con la comida e incluso si son países desarrollados, la prevalencia de alimentos altamente procesados, ricos en grasas y azúcares con poco volumen (dulces, refrescos, panadería, productos precocidos, etc.), los cuales convierten las dietas comunes en hipercalóricas y vacías en nutrientes, que junto a estilos de vida sedentarios explicados por la automatización de las actividades laborales, los medios de transporte, largas horas frente a pantallas y poca actividad física  generan ambientes obesogénicos en las sociedades actuales y más específicamente en los núcleos familiares, provocando sintomatología desde edades cada vez más tempranas.

Algunas otras condiciones a resaltar son el consumo de ciertos medicamentos como los anticonvulsivantes, los esteroides, antipsicóticos, betabloqueadores y medicamentos para la diabetes, que sin un control nutricional y actividad física pueden conducir a un aumento de peso. Tampoco se pueden pasar por alto enfermedades no controladas como la depresión, condiciones de origen endocrino, hipotiroidismo e incluso aquellos trastornos relacionados con la cantidad y calidad del sueño que predisponen a un ambiente hormonal inadecuado para el procesamiento de las calorías llevando a un desbalance energético y acúmulo de tejido adiposo.

Por esta serie de factores mencionados, la obesidad no es una cuestión simple, esta debe ser vista como la suma de múltiples circunstancias que influyen en la vida de los individuos que los predisponen a padecer esta condición y que afectan a la larga su calidad de vida. Pues esta enfermedad así como está relacionada con diversas causas, también influye en casi todos los sistemas del organismo disminuyendo la expectativa de vida y aumentando la morbimortalidad. Para su control y prevención se debe tener en cuenta el contexto completo del paciente e impactar desde las condiciones médicas hasta factores socioculturales y económicos para poder dar soluciones a largo plazo.

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