El envejecimiento es un proceso biológico complejo que está influenciado por múltiples factores tanto internos como externos. La piel es el órgano en el que es más visible el paso del tiempo pues en ella se reflejan las primeras marcas de la edad, lo que cobra importancia debido al hecho de que la salud y belleza de la piel se considera uno de los principales indicadores de bienestar en los seres humanos. 

El envejecimiento es entonces, la suma de agentes internos como la genética, el género, el metabolismo celular, procesos hormonales y metabólicos, y agresores externos como la exposición solar, la contaminación, la radiación ionizante, productos químicos, toxinas, entre muchos otros. Lo anterior, trae como resultado alteraciones estructurales y fisiológicas acumulativas y cambios progresivos en cada capa de la piel, así como cambios en el aspecto, especialmente en las zonas expuestas al sol lo que se refleja en flacidez, cambio en la textura, manchas y arrugas. Por lo tanto, hay dos procesos de envejecimiento clínica y biológicamente independientes que ocurren simultáneamente que se acompañan de cambios fenotípicos en las células cutáneas, así como cambios estructurales y funcionales en componentes como el colágeno y la elastina. La piel envejecida por procesos extrínsecos por ejemplo, sufre una pérdida marcada en estructuras como el colágeno tipo VII lo que debilita el vínculo entre la dermis y la epidermis dando como resultado los cambios típicos de la vejez, además la exposición a la radiación solar no solo produce fotoenvejecimiento (pecas o manchas) si no que lleva a la activación de metaloproteinasas que degradan el colágeno y el ácido hialurónico, moléculas fundamentales en el aspecto terso y tenso de la piel. 

Es por esto que los signos de la edad cada vez son un tema más importante, algunos simplemente son asuntos cosméticos, pero algunos otros pueden ir hasta desfiguraciones con profundas consecuencias en la autoestima. Por esta razón,  los profesionales como dermatólogos, médicos estéticos y cirujanos plásticos se han enfocado en desarrollar varias estrategias anti-envejecimiento tanto quirúrgicas como no quirúrgicas, acompañadas en su mayoría de estilos de vida que incluyen actividad física, alimentación saludable, suplementos ricos en antioxidantes y multivitaminas, y en algunos casos, evitar el consumo de alcohol y tabaco. Las intervenciones pueden incluir rutinas cosméticas, tópicas, procedimientos mínimamente invasivos, terapias sistémicas y cirugías.

Inicialmente, lo principal en todos los pacientes es prevenir las marcas de la exposición a los rayos del sol mediante el uso de protectores solares diarios y medidas físicas como, gorras o sombreros y prendas especiales como camisetas con filtro UV. Otro punto importante es incorporar una rutina de cuidado específica para cada tipo de piel que haga énfasis en la limpieza y la hidratación, algunas pueden incluir moléculas como derivados del ácido retinoico que es una de las más estudiadas en este campo. Otras estrategias son el uso de peeling químico, láser, luz pulsada (IPL), radiofrecuencia, entre otros. En el caso de las mujeres, debido a la carga hormonal (principalmente estrógenos) que va disminuyendo con el paso de los años, principalmente en la menopausia, algunas podrán requerir terapia de reemplazo hormonal que puede mejorar la calidad de la piel y enlentecer los signos visibles de la edad.  

Dentro de los procedimientos mínimamente invasivos encontramos varias opciones, una de ellas son los inyectables con factores bioestimulantes como el ácido hialurónico que permite mejorar el volumen, el grosor y la textura de la piel pues su función es retener agua en los tejidos lo que en este caso se traduce en mejorar la flacidez. Otra estrategia no menos importante es la toxina botulínica, la cual de manera selectiva y temporal genera una debilidad y atrofia del músculo infiltrado lo que permite que las líneas de expresión que se producen por gestos muy acentuados se relajen y maticen.  

Es importante resaltar que todos estos procedimientos son seguros y tienen evidencia de sus beneficios, siempre y cuando la valoración de las necesidades, requerimientos y limitaciones de cada paciente sea debidamente realizada por un profesional capacitado y con experiencia en el manejo de estos. Si bien son ampliamente conocidos, para su aplicación se requiere de un conocimiento profundo de la anatomía y fisiología de la piel para evitar complicaciones serias, y en caso de que estas se presenten, el profesional a cargo esté en condiciones de tratarlas. Por eso te recomendamos que te asesores muy bien y busques siempre ayuda de un experto. 

Por último, recuerda que independientemente de los procedimientos que puedas llegar a necesitar, estos siempre serán un complemento a tu estilo de vida, cuida lo que comes, mantente hidratado, duerme lo suficiente, realiza ejercicio y apóyate de tu rutina diaria de cuidado de la piel. Estos te garantizarán tener una piel mucho más sana incluso harán que cualquier procedimiento luzca muchísimo más. No olvides que tu piel refleja tu interior y descuidarla tarde o temprano traerá consecuencias.

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