La enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) es uno de los diagnósticos principales dentro de los servicios de gastroenterología en el mundo. Este diagnóstico presenta una amplia gama de síntomas como la acidez estomacal, la regurgitación ácida asociada a dolor, sensación de quemadura y disfagia o dificultad para tragar. Las causas pueden ser diversas, pero la principal es la relajación transitoria del esfínter esofágico inferior que permite el paso de comida del estómago al esófago. Lo que se relaciona con graves afectaciones en la calidad de vida, altos costos en tratamientos médicos e incapacidad laboral. Por esta razón, plantear un tratamiento que impacte directa y efectivamente sobre estos efectos negativos ha sido un objetivo en los últimos años. 

El abordaje de esta entidad inicialmente contempla modificaciones en los estilos de vida, principalmente reducción de peso, elevar la cabecera de la cama, realizar la última comida mínimo dos horas antes de dormir o acostarse, restringir el consumo de alcohol y posteriormente algunos otros como terapia farmacológica, procedimientos endoscópicos y/o intervenciones quirúrgicas. El manejo farmacológico inicial consiste en dosis diarias de inhibidores de bomba de protones (IBP) como por ejemplo el omeprazol, los cuales regulan la producción de ácido en el estómago en un gran porcentaje de pacientes, sin embargo,  hasta en un 10-40% resulta no ser efectivo  y su consumo a largo plazo puede tener varias limitaciones, entre ellas que si deben ser suspendidos por alguna razón, la sintomatología puede reaparecer con la misma intensidad que antes.  

Desde 1998 se vienen introduciendo procedimientos endoscópicos mínimamente invasivos. Dentro de esos se encuentra Stretta, un procedimiento que se realiza vía endoscópica bajo sedación, utilizando un dispositivo que aplica energía de radiofrecuencia sobre el esófago distal, la unión gastroesofágica y el cardias en la capa muscular. Con el objetivo de disminuir la relajación inadecuada y aumentar el grosor y tonicidad de ese músculo, lo cual ayuda a que se devuelva menos el contenido gástrico pues vuelve más competente el mecanismo de esfínter. Esta terapia está indicada en pacientes que no han presentado mejoría posterior al inicio de un adecuado régimen farmacológico en dosis óptimas y/o en aquellos pacientes que quieran o deban dejar la medicación por algún motivo y que no quieren que los síntomas regresen.  En cuanto a los resultados, es un procedimiento de bajo riesgo que ha demostrado una mejoría significativa en los indicadores de calidad de vida de los pacientes hasta incluso 10 años después de realizado. Respecto a la medicación hasta el 64% de los pacientes logran reducir como mínimo el 50% de la dosis total diaria y en total un 41% logra eliminar por completo la terapia. Todos los anteriores son indicadores que  demuestran el impacto significativo que tiene el procedimiento en la sintomatología, además de ser una ayuda considerable a la hora de reducir el uso de medicamentos. 

Para su realización es importante contar con un equipo debidamente entrenado en endoscopia y con experiencia en el procedimiento, si bien es ambulatorio y el paciente podrá irse tan pronto se recupere de la sedación para su casa, debe continuar en seguimiento médico para valorar la evolución y evitar complicaciones.

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